TECH4FLEET
Artículo Aitor Fernández
  • 14/10/2020
  • tech4fleet
  • 0

ARTÍCULO DE OPINIÓN


Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha mirado a los cielos para tratar de comprender los enigmas del universo. A medida que la ciencia y la tecnología iban avanzando, íbamos pudiendo conocer nuevos secretos sobre los misterios que permanecían ocultos a nuestra vista.

Pero por fin llegaba el momento en el que necesitábamos dar un paso más allá a fin de intentar romper las fronteras del conocimiento. No podíamos quedarnos en lo que se mostraba a nuestros ojos pues sabíamos que la luz visible dentro del espectro electromagnético no era ni mucho menos todo lo que se podía ver.

Así empezamos a estudiar los cielos con otro tipo de tecnologías que nos permitían acceder a una realidad diferente mediante los rayos X, los rayos Gamma, las ondas de radio e incluso en los últimos años, las ondas gravitacionales.

Por decirlo de otra forma, pudimos incorporar nuevos sentidos a nuestra forma de explorar el universo, pudiendo verificar muchas de las hipótesis que solo podíamos intuir desde un punto de vista teórico.

Salvando mucho las distancias, en cierto modo podríamos hablar de algo semejante si atendemos al potencial relacionado con la movilidad autónoma, pues gracias a todas las tecnologías que se están incorporando a los distintos vehículos, podemos utilizar nuevos sensores que nos permitirían acceder a una medición más fiel de la realidad en el largo plazo.

Por ejemplo, el ser humano solo puede percibir los obstáculos a una determinada distancia como máximo. Únicamente puede hacerlo con los ojos y solo en ocasiones muy concretas podrá sacar partido de sus oídos.

El coche autónomo puede utilizar tecnología láser y de ultrasonidos para determinar con un alto grado de precisión las distancias.

Del mismo modo utiliza toda la información anteriormente recogida y la compara con la supuesta ubicación que debería tener en los mapas mediante el GPS.

Rompiendo los límites de nuestros sentidos. Vehículo Autónomo.
Imagen de INNOVASPAIN


También usa un sistema de cámaras para percibir la realidad en 3D y observar todo el entorno. Puede conectarse de forma automática con otros vehículos y hasta con la red de infraestructuras obteniendo información a tiempo real del estado de las carreteras y la circulación a varios kilómetros de distancia.

Todo ello genera una gran cantidad de datos que es preciso capturar, transferir y analizar a fin de tomar la mejor decisión posible en cada caso. Un gran volumen de información que tras ser procesado puede ir haciendo cada vez más inteligente al sistema, el cual será capaz de aprender de forma continua y trasmitir ese conocimiento al resto de la flota de vehículos.

El potencial que tenemos al alcance de nuestra mano es inmenso. A medida que se perfeccionen los sistemas de conducción autónoma, podremos observar una mejora significativa en la reducción de la contaminación y los accidentes en la carretera. Una oportunidad para mejorar nuestro entorno y nuestras vidas que no podemos dejar escapar.

En Estados Unidos, Japón, China y otros países de la Unión Europea están surgiendo múltiples propuestas en este sentido. En España apenas estamos empezando. Un buen ejemplo es el proyecto 5G MOBIX en el que participamos desde AEVAC. En él se está haciendo un esfuerzo enorme por definir los estándares de la comunicación 5G del futuro gracias a la cual podremos construir un mercado de más de 500 millones de personas en el que las fronteras dejen de ser relevantes a la hora de explotar al máximo el potencial de la movilidad autónoma y conectada.

Este solo es el comienzo. El futuro nos espera. Y gracias a iniciativas como ésta, cada día lo tenemos más cerca.

AEVAC empresa colaboradora de Tech4Fleet.

Aitor Fernández
Aitor Fernández

Presidente de AEVAC
Asociación Española del Vehículo Autónomo Conectado

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

%d